jueves, 13 de marzo de 2014

En el umbral de los 40

Me pregunto si mi vida alguna vez dejará de ser como es desde que tenía 25...

Cuando era niña, me imaginaba de adulta como la mayoría de los adultos: Casada y con hijos. Sin embargo, por varios sucesos en mi vida, cuando llegué a la adolescencia, comencé a imaginarme en el futuro como soy ahora: Soltera, con una vivienda para mí sola, sin hijos, dedicada a trabajar y a divertirme, y fantaseaba con un novio que me sacara a pasear y me hiciera el amor apasionadamente con la frecuencia requerida.

Y bueno, en cuanto pude, hice de mi sueño, una realidad, me salí de mi casa, aún sin casarme, renté un departamento, luego tuve ganas de un carro y lo compré. Después pensé en gastar mi dinero en el pago de una casa y así lo estoy haciendo. Lo del novio,pues siempre ha habido alguien, para bien o para mal, la pasión no me ha faltado.

Ya voy a cumplir 38 años, y quisiera seguir igual, como cuando tenía 25, completamente dueña de mi tiempo, de mi espacio, de mi dinero, de mi vida.

Ojalá hubiera más gente como yo en mi mundo, pero pues, no sé hasta cuando soportaré la presión social y familiar. Porque no quiero ser una ruca inadaptada, donde en vez de simplemente destacar que soy autónoma, me etiquetan como "quedada".

Por otro lado la gente se preocupa por la fecha de caducidad de mi matriz, me dicen: "cuando quieras tener un hijo, ya no vas a poder". ¿Acaso no pueden entender que existimos personas a las cuales no se nos da la gana regalar la vida  creando y educando a un hijo?

Hubo un tiempo en el que soñaba con ser madre, y hasta me prometí arreglar mi alma, mi mente y mi corazón, para poder entregar un ser sano a mi futuro hijo. Pues siempre he dicho, que no cualquier persona merece ser padre o madre, que hay que luchar por merecer ese honor, y no solo reproducirse a lo estúpido.

Y ahora que me siento tan bien conmigo y que espero poder sentirme mejor, siento pereza de espíritu para tener un bebé. Admiro a todos aquellos, que sea como sea, a pesar de toda su mala aplicación a la paternidad, un día decidieron entregarse a un hijo.

Porque eso es un hijo, gastar vida, tiempo, salud, dinero, energías, todo... por un ser que después, simplemente crea otra historia, que en ocasiones, nada tiene que ver con sus creadores.

Y me imagino todas esas cosas que me estoy perdiendo, el amor de un hijo, la ternura, los momentos de dicha, el orgullo, la realización como ser vivo. Y finalmente, no me importan.

En la primaria me enseñaron a que un ser vivo: nace, crece, se reproduce y muere... y el reproducirse, es un instinto, en todos los seres vivos, es algo irracional.

Pues entonces, yo no tengo ese deseo irracional de reproducirme. Soy un ser vivo sin deseos de reproducirse. No tengo ganas. Punto.

Yo solo quiero seguir disfrutando de mí y de mí...y solo de mí...ahh sí...de mí también. Mi vida, mi tiempo, mi espacio, mis recursos, son solo para mí  y para cualquier persona que yo considere especial y digna de mi ser.

Y quien me salga con la cantaleta estúpida de "quien te va a cuidar cuando estés mayor", que se dé un balazo, incluso...me provoca darle un balazo. Los hijos no son para eso, un hijo, es una esperanza de un mundo mejor, solo eso, y un padre, es el responsable de que esa esperanza no muera.


TODO VALE MADRES